No hay regreso
Eh intentado perdonarte, darte ese deje de palabra que nunca articulaste, jamas. Nunca, ni cuando te pedí entre llantos silenciosos que amaras a alguien como yo, pedí piedad, y no quisiste dejar entrar a este tonto a un corazon intocable, lejano, inalcanzable. Podría calmar mi indignación diciendo que te pedí por favo...