Allá, en Iloratz
Todo tiene su equilibrio, para que exista la muerte, debe existir la vida y para que la vida tenga esencia, debemos fallecer. Pero más allá que algo abstracto, la Vida y la Muerte fueron capaces de dejar una fuerte descendencia. Uno de ellos de actitud tan tempestuosa como la guerra y frívolo como la muerte más lenta...