Margaritas para Selene.
había una vez una leid tan tonta y ñoña que decidió escribir una historia para animar y darle las gracias a una gran y especial amiga suya.
había una vez una leid tan tonta y ñoña que decidió escribir una historia para animar y darle las gracias a una gran y especial amiga suya.
Veintidós segundos son los que puedes aguantar bajo el agua, lo que puedes tardar en correr trescientos metros, los que puede durar un anuncio, los que puedes tardar en ponerte una camiseta, lo que puede tardar un coche en arrancar, lo que tardas en servirte una taza de café, lo que tardas en doblar un mapa y miles de...
esta historia va para la chica de la máquina de escribir y los versos rotos, para la chica de la sonrisa triste, para la chica vacía. tú siempre serás las chicas de pelos de colores y ojos vacíos en mis historias. espero que esto te saque, al menos un par de sonrisas y te haga sentir menos sola.
Ella llora, él ríe. Ella muere, cada día un poco más. Él vive, cada día como si fuera el último. Él, el chico de humo. Ella, la chica sin nombre.
«Sitting all alone in your room thinking that the world's let you down all you ever wanted to do is trust someone to always be around.» Somebody out there, Troye Sivan.
Ella llora, él ríe. Ella muere, cada día un poco más. Él vive, cada día como si fuera el último. Él, el chico de humo. Ella, la chica sin nombre. {Secuela de Strange Birds.}
Todo pasó rápido. Había mucha sangre. Yo lloraba, pero, de repente, todo se tornó negro. Desperté en un hospital, pero no cualquier hospital, era el Sanatorio Mental Greenswood. Hola, mi nombre es Ledge y me intenté suicidar.
Querida Kne; Soy Catbell. ¿Por qué te escribo esto, si estás enamorada de Nox? Yo...Estoy enamorada de ti.
«Una semana más, una carta más, y un poco más de ganas de saber quién se esconde tras el Anónimo.»
Seis amigos, un camino lleno de baches y desvíos, y una escuela. Cada uno hicieron algo para que los mandaran allí, pero, gracias a casualidades de la vida, se conocieron, haciendo que algo que había faltado en su vida, se completara, al fin. Gretchen Aigner, Fred Dunne, Maya Candau, Cooper Kelley, Keight Rohde y Sean...
todos los finales, realmentes, son comienzos o delirios aleatorios de este desastre.
Contradicciones, adicciones, metáforas, estrellas y lluvia, todo en una misma persona.
Él no sabía nada de ella, pero tampoco le hacía falta para quererla. Sus nombres cayeron en el olvido hace ya tiempo. Pero lo que jamás caería en el olvido era las marcas de pintalabios rojo en sus camisas, en su cuello. Eso era lo que le quedaba de ella, los restos de pintalabios rojo.