Adolescencia suicida.
Y ella solo esa noche estaba desecha, se puso los auriculares mientras sus papas le gritaban groseros insultos, pensó y solo recordó aquel chico de cabellos castaños con ojos profundamente misteriosos, ella se acosto en su cama, agarro su almohada y gritó en silencio, para si, ¡Basta! ¡Basta! ¡No lo soporto! ¡No aguan...