El castigo de Peeta.
Como puedo me libero de Gale y empujo a todos, tratando de llegar al centro. Cuando lo logro, la visión de Peeta arrodillado, sus manos atadas alrededor de un poste de madera, con la piel de la espalda destrozada y un agente de la paz a punto de golpearlo con un látigo, me deja paralizada un segundo. Después, corro ha...