Una Eva y tres patanes
Si desde la primaria en las listas de asistencia lo escribían incorrecto o las maestras no pronunciaban bien tu nombre, era un indicio que algo ya marchaba mal en tu vida. Eva, Eva, Eva... ¡Con un demonio soy Evan! Con N al final. Soy empleado de una agencia publicitaria, y mi de por sí horrible suerte y fortuna se v...