Tontos
«El amor es para tontos», solía decir Noah Collins. Noah jamás se había sentido amado, claro está. Era el típico chico raro que hacia poesía aburrida y larga pensando en los amores que nunca tendría. Él lloraba hasta dormir y tenía unas enormes ojeras oscuras. Tal vez, hubiera sido un chico popular. Claro, sus ojos c...