Rivales y ¿amantes?
El cubano se estaba volviendo loco, estaba muy seguro de ello, pues aquel chico de ridículo cabello se encargaba de hacerlo. Bien es cierto que admiraba su forma de pilotar, pero aquello era lo único bueno que pensaba de él, o eso creía antes de verlo llegar al clímax gimiendo su nombre. "Quiznak", pensó el muchacho d...