*Ojalá te enamores*
Eramos diferentes: Todo el mundo lo decía. No teníamos el mismo color de cabello, ni nos gustaban las mismas cosas; lo único que podía decir es que coincidiamos en el deporte. Discutíamos todo el rato, nunca nos poníamos de acuerdo. Todo el mundo sonreía al vernos discutir por tonterías. Eramos como el ying y el yang...