Al final del acantilado.
«No hay nada peor que la oscuridad. No ver aquello que puede estar a un centímetro de tu cara, respirándote en la nuca, o sonriéndote desde una esquina... Es terrorífico. » «Siempre he imaginado mi muerte en el mar, cayendo lentamente hacia el fondo como si fuese una roca. Por desgracia, mi cuerpo flota, y le tengo pá...