Cerezos
Se supone que aquella niña que mi padre acogió como hija, me debía ser indiferente. Ella sólo era una prendiz con privilegios. No debía sorprenderme cuando mejoraba entrenando. No debía considerar dulce su voz. No debería disfrutar su aroma. No debería admirarla. No debería querer protegerla siempre. No debería...