Galletas: uno, dos, tres y cuatro ¡Aun así me perteneces!
Para Okita todas las mujeres parecía ser bastante fácil de leer ,exceptuando aquella jovencita china ,desde que sus ojos carmesí se toparon con esos ojos azules su vida cambió por completo ,a veces parecía una pequeña paloma inocente y a la deriva ,otra veces parecía una mujer calculadora,¿quien era realmente aquella...