Dame duro cada noche.
Harry agachó su cabeza y me costó mi tiempo darme cuenta de que unas lágrimas saladas brotaban sin permiso de los ojos del joven, soltando la presión encarcelada en sus entrañas. Y fue en ese momento cuando me di cuenta de que Harry no era el hombre tan… tan él como pretendía ser, él también tenía sus sentimientos, y...