LUSS: EL LÍMITE DE LA VERDAD
Se acercó a mí sumiéndome en un pánico aterrador. No despegaba su mirada de la mía haciéndome presa de ella y de su belleza. Subió las escaleras y se paró justo delante de mí, casi podía tocarla, parecía tan real como el cigarrillo que se consumía abandonado en mis temblorosos dedos, sin fuerza para moverse ni un milí...