en los brazos del ángel
Así que ahí estaba el frasco, y tenía mucha mantequilla de cacahuete todavía en él, y cuando su nariz de zorro lo olió y no detectó ningún veneno o deterioro, ¿qué se suponía que debía hacer? ¿No aprovechar este regalo? No. Metió su delicado hocico y se puso a lamer, pero, ya sabes... con elegancia. Definitivamente, n...
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