Lo que provocaba su presencia
A día de hoy sigo preguntándome cómo lo hacía. Cómo conseguía provocar en mi esa sensación con el solo hecho de mirarme. Cómo era capaz de erizarme hasta el último pelo de mi cuerpo con tan solo el roce de su piel. Jodida y maravillosa sensación que estaba a punto de volverme loca. ¡Joder!, ¿qué me estás haciendo?