El Codigo Da Vinci
El aire frío de abril se colaba por la ventanilla abierta del Citroën ZX, que avanzaba a toda velocidad en dirección sur, más allá de la Ópera, a la altura de la Place Vendôme. En el asiento del copiloto, Robert Langdon veía que la ciudad se desplegaba antes sus ojos mientras él intentaba aclararse las ideas. La d...