El tesoro que con celo protegen
"¿Imaginabas que sería así?", le preguntó por primera vez. Eruhaben entró a la habitación de Cale y lo recostó en el sofá junto a la ventana, donde le gustaba sentarse a observar el cielo. Se arrodilló de nuevo y masajeó las piernas vestidas. "Lo imaginaba diferente", confesó el dragón. "¿Nos odias?", acomodó las pier...