Adiós, Judy
Con la cabeza agachada y las orejas alzadas, el zorro escuchaba cada ruido a su alrededor con poderosa concentración, esperando la inminente visita. Podría haber aprovechado el tiempo en despejar su mente, si tan solo algo que no fuera un odio incontrolable lograra cruzar por su cabeza. La sangre de ella aun manchaba...