¡Oye mis gritos! (Hear my screams)
"Cuando cumplí cuatro años, todo el mundo dejo de escuchar mis gritos. Ni en Canadá, ni en Corea, ni en nuestra pequeña casa vacacional en México... Nadie más volvió a escuchar mi voz, y tanto mis padres como yo solo nos quedamos con el fugaz recuerdo de lo que tuve una vez. Pero eso no era lo peor. Lo que me estaba d...