Aquella chica de los hematomas.
"Escuchando la melodía sola en mi habitación, escuchando aquellos gritos que se han vuelto costumbre para mis oídos: -¿Donde está mi hija? ¡Dámela! -un golpe, dos golpes, tres golpes- y de repente el silenció inunda la habitación. Alguien, alguien... sube las escaleras. -tiemblo- no tengo ni idea de quie...