Vecinos
La última cosa con la cual necesitaba lidiar ahora mismo era otra esposa. Aunque él había estado buscando una, la Tirana de Tiernay era la última que habría escogido. ¡Santo Dios! La mujer era una entrometida abominable, siempre enviando mensajes o reprobándolo por el modo en que él lidiaba con su gente. Por lo menos...