Querido Desconocido
Era un caluroso verano cuando, de repente, te conocí. Recuerdo cómo el calor del sol parecía desvanecerse a tu lado, como si el tiempo se detuviera por un instante. Tus ojos color miel, brillando con una intensidad casi hipnótica, tus cabellos castaños que danzaban con la brisa y tu piel aceitunada que parecía refleja...