Guarda mi silencio
El rey jamás creyó aceptar un acuerdo de matrimonio con tal de que el sueño de su hija se hiciera real. Y ahora, al ver como se quedaba callado, como si no existiera en ese hermoso castillo lo hacían perder la cordura. Se suponía que parte del contrato era que no tuviera ataduras, y cuando por fin llego a escucharlo...