L.O.V.E. predestinado
La puerta tenía seguro. ¿Acaso había sido tan descuidada que no había notado que tenía seguro? Traté un par de veces girando la manilla al tiempo que empujaba la puerta con todo el peso del cuerpo recargado en el hombro izquierdo, pero que mis pantuflas se deslizaran a causa del suelo de madera no ayudaba en lo absol...