Crimen de una noche de verano
No nací con ella. Tampoco nací de ella. Los monstruos no nacemos, somos creados por la más genuina oscuridad del alma. Aunque al principio solo fui aquel antifaz que protegía sus preciados sueños en las más oscuras noches de tragedia, con el paso del tiempo, me convertí en la guardia y protección de su pureza. Como el...