Sumisión Consensuada
- Me alegra que haya despertado - alegó una voz grave en aquella habitación. Aquella voz se le hacía conocida, pero era incapaz de recordar a quién le pertenecía. En ese instante sintió como su cabellera era tomada bruscamente, haciendo que nuevamente gimiera de dolor. - ¿Quién eres? - sintió como si su cuero cabellu...