Desde hace un año todo en la vida de Theo cambio, ya no tiene control de su cuerpo ni de su mente, ni de lo que ambos le hacen sentir. Por eso desde hace un año no sale de su casa, a excepción de cuando estuvo tres días internado dónde los médicos le buscaban una cura, sin saber, que no había cura alguna que le quitase la sensación que siente al salir lejos de aquellas cuatro paredes. Él estudia desde casa, tiene amigos por internet y una familia que intenta buscar una salida a todo aquel infierno. Pero no le es suficiente, cuanto más pasa el tiempo más parece empeorar todo, probablemente, nunca saldrá de esto y comienza a asumirlo. Su cuerpo le juega en contra, y no sólo eso, para vencer sus miedos, primero debe vencer a los demonios que habitan en su mente. Theo está perdido, se siente perdido. Pero a veces perderse, también es parte del camino.