Les voy a contar una historia, una historia no tan dramática, ni siquiera es una historia de esas que puedes disfrutar, ¿Por qué?, porque es mi vida. Soy Sarah Claffin, una chica que siempre soñó con ser ya escritora, pero para ser una niña de tan solo diez años con una madre muy alocada y un padre queriéndose divorciar de ella, fue un trauma que me quitó la inspiración de escribir romances, ya que pensé que si el amor de mis padres era una farsa, todo el amor también. No obstante, cuando cumplí mis quince años, tuve mi primer novio, un chico emo y odioso, que a pesar de que tuve momentos incómodos con él, me enseñó a besar y me volvió las esperanzas de querer escribir un romance, sin embargo, terminamos a las semanas, aún así evolucione mi idea.
Si quería escribir algo imposible, para eso trabajo en películas, y fue como mi idea de querer ser guionista nació. Me fui de casa a los dieciocho años, sin que mi madre me lo impidiera -ya que estaba ocupada con sus novios menores de treinta- y mi padre viviendo en Nueva York, era la mejor opción. Duré cinco años allá, estudiando en la universidad de los estudios de hollywood, pero ser rechazada una y otra vez en el trabajo, siendo una guionista invisible y sin fama. También de que me enamoré de Connor, donde tuvimos una relación larga de cuatro años, y luego romper conmigo en una noche de lluvia y por teléfono.
Así que decidí regresar al campo a visitar a mi vieja amiga y a mi madre, y aunque pensaba que pude haber estado allí solo dos semanas, la verdad que volver, fue un cambio drástico.
Porque fue allí donde todo empezó.Tous Droits Réservés