Este es un relato breve acerca de una situación de enseñanza, llevada a cabo por una practicante de Lengua y literatura a quien se le presenta un desafío con un alumno de segundo año de secundaria. Se trata de una experiencia verídica que evidencia el análisis interior que se va haciendo de la situación en la que el alumno se rehúsa a realizar la consigna de escritura pedida. Es un ejemplo de la persistencia docente, que hasta el cansancio intenta descifrar el motivo de la negación del alumno, pero claramente está descrito con cierto tono de hipérbole que hasta resulta insólito y por lo tanto humorístico.