Siempre he pensado que barney era un dinosaurio amable y que le gustaba hacer sonreír a los niños, pero todo cambió cuando lo conocí. - ¡Oh señor barney! ¿Podría volver a cantarme esa canción? - - ¡Claro! - Cantó la canción con la que me mojaba cada noche y tenía sueños húmedos. Esa con la que deseaba que se escuchará mientras barney y yo teníamos sexo salvaje Barney es un dinosaurio que vive en nuestra mente, cuando se hace grande es realmente sorprendente. ¡Y vaya que la tiene grande!