Ese día Esteban había decidido salir a caminar las llamativas calles de Madrid sin tomar en cuenta si llovía o hiciera sol. El clima era lo de menos. Sin embargo, la tarde lucia esplendorosa. El Sol descendía amarillento sobre el Cerro Pio Pío, ubicado en el barrio de Numancia, en el distrito de Puente de Vallecas, donde pretendía el astro acurrucarse después de una brillante jornada.