Milán es una ruidosa y gentil chica cuyas calificaciones en el instituto son perfectas. Su vida... no tanto. Hay muchas cosas con las que lidia, es una persona conformista y está acostumbrada a su rutinario diario vivir; pero las cosas cambian cuando, después de años de no hablarse, Allen reaparece en su vida. Allen es un silencioso y de mal genio chico al que no le interesa cuán mal le vaya en el instituto. Solo le importa jugar al béisbol y sanar su corazón roto, pero eso es imposible mientras continúe aferrado al pasado. Sin querer, Milán se convierte en la razón por la que aprende que, por más golpes que hayas recibido, la vida siempre mejora y, asimismo, en el impulso que él necesita para ir tras su sueño cuando siente que no puede más. Dicen que los polos opuestos se atraen y que por eso es que siempre chocan, pero algunos se enamoran a raíz del golpe.