La vida de Layla no era la típica que todas las chicas deseaban tener. Su padre la abandonó cuando era pequeña, le prometió que iba a volver pero jamas lo hizo. Desde ese momento, su madre, empezó a no estar nunca en casa, dejando a Layla sola. Un día inesperado, dos chicos llegaron y se llevaron a Layla. Nadie les dijo a esos chicos, que secuestrándola, estarían salvando su vida.
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