Y si, a como llegamos nos vamos. Sin decir nada, ni una palabra. Sonidos salen de tu boca pero estoy tan concentrada mirando esos labios que no volveré a besar jamás que no presto atención a lo que quieres decirme. Oigo sólo como intentas hacer que me quede, inútilmente. Pero es que tanto daño que nos hemos hecho, es irreparable. Todas esas historias en las que me hiciste creer hoy no tienen ya ningún valor, fuimos tan efímeros e infantiles. Y nos toca separarnos, alejarnos uno del otro por que sólo así estaremos verdaderamente bien. Pero hay un pequeño detalle que pasamos por alto. Así tu vayas a la izquierda, y yo hacia la derecha; el mundo es redondo. Y aquí estaré, quizá ya no con la misma ilusión de adolescente por estar eternamente a tu lado, pero si como mujer madura y consciente de que cuando se quiere, se aprende a dejar ir y se da la libertad para ver al ser amado siendo feliz en otro lado. Aunque en el fondo siempre se hospeda la esperanza de coincidir una vez más.