Se conocían desde pequeños, habían pasado mucho tiempo juntos, eran inseparables. ¿Entonces era normal sentirse posesivo por su mejor amigo o no? Para Bright ser cercano al pequeño Winnie implicaba cuidarlo, hacerlo reír, sentir mariposas cada vez que ese pequeño terremoto con pies le sonreía con esos dientes de conejo. Deseaba besar sus albultados labios y hacerlo suyo. Algo que jamás había experimentado y que sólo Metawin lograba tener ese efecto en él. Esta es mi primera historia... disculpen los errores.