Min Yoongi, el afamado hijo del director, oculta un gran secreto. Y es que es una criatura chupa sangre, o al menos en eso se convirtió aquella noche de luna llena, donde cometió el error de vagar por el bosque prohibido. Lo único que tiene en mente es fingir que no es un ser "anormal". Algo que se fue completamente al desagüe desde la llegada de una nueva familia al pueblo, que al parecer también tienen muchos secretos. Una prueba de ello es Park Jimin, que desde el primer momento que pisó la institución, fue el blanco de todas las miradas. Tal vez, los cuentos mitológicos que leía de niño no eran del todo falso. No había forma alguna de negar la existencia de los vampiros y tampoco el surgimiento de seres humanos capaces de poseer habilidades especiales. Si algo tenía claro, era impedir una posible guerra entre clanes sumamente peligrosos. Lo que le llevaría a conocer el verdadero rostro de la oscuridad al aliarse con unos individuos algo parecidos a él. Esto es "Vampiros Destinados".