Cuando Bauti, mi hijo mayor, cumplió su primer añito, junto a mi esposa decidimos mudarnos del departamento céntrico de pasillo donde vivíamos, a una casa en un barrio, para que él tuviera un patio para jugar. Pero no elegimos cualquier barrio... nos mudamos a Arroyito, un barrio emblemático de Rosario, lugar de pertenencia del club de fútbol del cual somos hinchas: Rosario Central.