La muerte de la estrella de mar

Audrey tiene 17 años y vive en una ciudad pequeña del norte de España, donde una no puede llamarse Audrey si tus padres no han ganado, al menos, un Grammy o viven en una furgoneta repleta de tablas de surf. Pero a los suyos, charcutera y conserje de aparcamiento subterráneo, eso no les detuvo y, dos años más tarde, llamaron a su hermano pequeño Indiana, sin ningún tipo de complejo.

Estamos en noviembre de 2021. Considera que ha perdido más de un año de vida por la pandemia y todos sus problemas psicológicos se han acentuado hasta el límite. No puede dormir más de 2 horas seguidas; su bulimia está descontrolada y le aterra verse en el espejo. Además, esta pandemia ha supuesto una pérdida irreparable de amistades, o lo que ella pensaba que eran "amistades". Solo le queda Bibi, su compañero de clase transexual cuya vida caótica le hace no parecer un lunar negro en la leche de vidas humanas que a ella le importan: su idolatrada Laura Esteban, la diosa Venus del instituto con su ejército de gente guapa; Jesús "el manco", su dios gótico del barrio; y @Maylon2001, su youtuber de cabecera a cuyos vídeos y directos de Twitch acude cuando se siente triste, como su abuela"la loca" iba al rezo del Rosario de las siete de la tarde.

La muerte de Bibi altera la vida de los subgrupos -mejor dicho, subculturas- del instituto de una forma morbosa y avergonzante. Provocará en Audrey que las miles de avispas asiáticas esquizofrénicas de su interior busquen imponer su "sucio orden" en la balsa de leche inmaculada que parece el mundo de la gente bella, segura, sociable, querida y con dinero.

El camino de la venganza le dará el conocimiento de la vida que ningún amor, materno o cortés, conseguiría en mil reencarnaciones.