Aunque el tiempo pase él la seguirá amando, no como el primer día, pero si como el último en que se vieron. Como aquel día en que se dió cuenta de que en verdad la amaba al tener que perderla por /quizás/ para siempre. Cuando con sus ojos llorosos le tuvo que decir adiós a lo que más anhelaba, a su fuerza, y más que eso, a su Vendida.