"Te dije que no te librarías de mí, mi caprichosa señora Riaza. Ahora sí que eres mía. Porque eres mi precioso amuleto. Uno que jamás pienso soltar." En esta cuarta parte, Anne se enfrenta sola a los peligros de esta al lado de Demir. Como a los peligros de su pasado. Pero ella no se dejará de enfrentar a los oscuros deseos de su secuestrador, tras lo que ocurrió tres meses atrás. Sin embargo, tras la lucha que ella tiene desde entonces, se encontrara con muchas sorpresas. Unas que serán sus obstáculos hacia la felicidad que pensó que había perdido. La historia de amor llega a su fin. Donde el pasado dejara de existir cuando ella haya cerrado por fin sus heridas del pasado. Las puertas de Las Cumbres seguirán abiertas, aunque la felicidad por fin entre sus cuatro paredes.