Él vivía con la cabeza en otro mundo y la vista en su cuaderno, su forma de ver al mundo era algo caótica y realista, tanto así que no se permitía tener sueños que no estuvieran sujetos a la realidad. El Caos en el que vivía no le permitía averiguar quien era o a donde iba.... Como todo adolescente se encontraba totalmente perdido, aislado, hundido... Quebrado. Pronto descubrió que crear pequeñas obras le traía paz, cada que tomaba su lápiz dejaba fluir todo el estrés, todo el dolor y todo el caos que mantenia dentro de él. Era su escape de una realidad caótica. Era su salvación. Y quizás también era la única forma que encontraba de hacer oír su voz.
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