-Vamos a jugar tu y yo- el arrastraba las palabras debido al alcohol que había estado ingiriendo durante la tarde, su mano tomo mi mandíbula, de tal forma que pocos segundos después me hizo rogar para que me liberara de su agarre, pero no lo hizo. Hasta el día de hoy sigo agradeciendo que mi madre este muerta, ni su cuerpo ni su corazón podrían haber aguantado el carácter de mi padre cuando se perdía en si mismo. - Me vas a decir quien era el bastardo con el que te vieron los patrones- No dije nada, el miedo me paralizo y un escalofrió me recorrió todo el cuerpo. Soltó el primer golpe, no vi en que momento, pero ya estaba en el suelo con la ceja abierta - De igual forma ya se quien es. ¿Quieres que le hagamos una visita?- soltó una risa burlona y se quito su cinturón -¡ Cuando vas a aprender que yo crie a un hombre y deber responder como tal! - golpeaba mi espalda, mis piernas, mis brazos, intentaba cubrirme la cara, pero no sabia como salir de ahí. El ruido del cuero contra mi piel resonaba aparte de los sollozos que solté, le rogué que se detuviera, pero lo único que podía ver en sus ojos era un odio muy grande. El quería matarme. - Tu madre se murió por tu culpa sabias, no podía aceptar la idea de que su hijo fuera un putito, es un asco y una vergüenza que sigas respirando. ¡No te quiero ver bastardo! - - Papá - con las pocas fuerzas que tenia logre levantarme, pero no tarde mucho en regresar al suelo, me silencio con una bofetada y volvió a su antiguo agarre de mandíbula. - ¿Quieres que lo mate a el también?-