Había una ves un chico de 13 años que veía el mundo de otra manera, el veía el mundo como mágico, maravilloso, lindo y lleno de pura felicidad y amor. El chico era apodado el poeta o el chico poético porque le encantaba escribir poemas de toda clase sin importar de que género fueran, de lo que tratarán, el escribía de todo. Una noche el chico salió a despejar su mente como lo hacía de costumbre para tomar un respiro... En eso el chico se sentó en una banca y alzó su mirada al cielo para observar lo hermosas que estaban esas estrellas en el cielo que destellaban con un brillo tan increíble y magnífico que el se inspiro al ver las estrellas, agarro su libreta y su pluma y comenzó a escribir sobre las estrellas... El decía: Las estrellas son tan maravillosas, me hacen recordar cada parte que he vivido en mi vida, son magicas su brillo es tan fuerte y bello que podría verlas cada noche y dedicarles un poema de mi parte porque mientras las veo me hacen sentir por dentro increíble y lleno de vida para ser alguien feliz en la vida y luchar por cumplir cada uno de mis sueños con esfuerzo. El chico paso observando las estrellas durante horas que al final se quedó dormido en esa banca donde estaba sentado pero a la mañana estaba dispuesto a regresar por la noche y volver a observar ese hermoso cielo estrellado.