El silencio del deseo, en aquel cálido verano, tiñó del más ínfimo azul sus cuerpos agitados por el frenesí de la noche. Nanon ya no quería dejar pasar ese sentimiento que se aprisionaba a través del espejo retrovisor. Ohm tampoco deseaba evitar la calidez de su mirada. ¡Se prohíbe la copia total o parcial de esta obra!
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