Cansada de seguir las reglas de su familia y lo que el resto espera que ella logre, Ellie decide independizarse y vivir la buena vida sin limitaciones o parientes que le reprochen su forma de ser. Amante a los videojuegos y sin deberes reales, más que mantener sus notas, la joven conoce a su vecino de una manera algo particular. Zane, un hombre frío y reservado, se cuela en el apartamento de la chica por accidente, haciéndolo ver como el malo de la historia. Sin embargo, después de algunos intercambios, Ellie se da cuenta de que Zane no es un acosador o algún tipo de violador, sino alcohólico pedante. A pesar de su animosidad inicial, ambos deciden mantenerse alejados uno del otro para evitar dolores de cabeza innecesarios, no obstante, parece que la vida tiene otros planes para ellos y comienzan a interactuar cada vez más. A medida que aprenden el uno del otro, su extraña relación florece en algo más que una simple y dulce enemistad.