Indigno de ser amado.

Incluso el ser más poderoso del mundo, puede caer y ser derrotado, a manos del sentimiento más cruel de todos, el amor.

Criado y entrenado dentro de una academia que tiene como objetivo principal destruir a los monstruos fuera de la ciudad, Harrison, mejor conocido como Harry, es un chico "humano" de 12 años, quien sueña con salir de la academia para finalmente conocer la "Isla de los Monstruos" junto a sus amigos. Sin embargo, Harry, además de querer conocer dicha isla, tiene otro motivo, por el cual, le es tan importante ir.
Una desagradable noche, los monstruos invaden la academia, arrasando con casi todo a su paso. Harry se quedó solo, enfrentando a aquellos que amenazaban su hogar, manteniendo todo "bajo control", sin saber qué a partir de esa noche su vida cambiaría por completo, pues, sin previo aviso, un hombre misterioso, lo atacó con una fuerza y habilidades inhumanas, haciendo caer a Harry y llevándoselo lejos de su hogar a la "Isla de los Monstruos"

Por otro lado, dentro de la Isla de los Monstruos, o mejor conocida por los habitantes de ahí como Isla Atles, se crió un chico de la misma edad que Harry, un "felino" quien tiene como nombre Zack que carece de ambos padres y, que siente un profundo odio hacia aquellos del otro lado del mar llamados "humanos".
Su isla está llena de monstruos, sí, pero con el tiempo aprendieron a defenderse de ellos con técnicas mágicas especiales que, por lo que se sabia, solamente los de sangre pura pueden utilizar. La vida de Zack no era una de las mejores, pero empeoró una mañana, mientras salía a caminar a la playa, se encontró con alguien medio enterrado en la arena, cuando se acercó para ver de quien se trataba, se encontró con lo peor que pudo imaginarse. Un humano.

Un humano ha entrado a la isla.