En una oficina, un hombre con cara de sabiondo revisaba las notas que había hecho de los pacientes el día de hoy. En otra parte, un chico miraba por la ventana con mirada soñadora. Como si esperara con ansias la llegada de algo, o alguien. En un barrio relativamente tranquilo, un hombre que caminaba como si sostuviera el peso del mundo en sus hombres y con mirada vacía llegaba a su departamento a altas horas de la noche.