-Te hare sentir orgullosa -dije sujetando la mano de mi madre, al mismo tiempo que las lágrimas se asomaban por mis ojos. -Ya lo hiciste -dijo mi madre con trabajo. Cerré los ojos con fuerza y las lágrimas salieron. -No llores, sabes que siempre estaré contigo vayas donde vayas. Nunca lo olvides. Historia adaptada