Cuando las luces se apagan el show comienza, la silueta hermosa y curvilínea de una mujer atrae la mirada de más de un espectador, muchos la desean. Sin embargo pocos pueden tenerla. Para ser honestos..., nadie puede tenerla. Está ahí para brillar, aunque hace mucho dejo de hacerlo. No es libre, nunca lo será, y quizás nunca lo fue... Rose cree imposible escapar de su destino cruel y maldito, hasta que aquellos ojos llenos de luz se convierten en su única escapatoria al dolor. Sabe que no puede quedarse con su salvador aunque lo desee, tarde o temprano su "dueño" la encontrará y una vez más tendrá que regresar al lugar al que siempre perteneció...